sin tildes...

Dejarse ir, tanteando el camino en vista del regreso.

Sollozando alegrías, despidiendo amores…

¿Dónde estás? Has cumplido, lo sé… lo habíamos dicho, habíamos hablado de lo inconcluso… ¿habías sentido esto? Creo que yo no… hoy siento tu ausencia más grande que la mía, ahora es tangible. El cursor parpadea y mi teclado agoniza; no deja borrar los errores ni acentuar las letras, no más tildes.

Es como si se quejara de lo absurdo que parece todo. Se ha puesto en huelga.


Hoy es el día de los santos muertos, no todos los vivos lo saben. Si vieras qué bien me ha caído la mañanita que no es mañanita.

Tan humana y sin pecado, figúrate que, para encontrar el rumbo, sigo caminando.


Me has dejado un último mensaje; casi un mes después me he animado a quitar un eslabón. Perdóname, era necesario. Agonizaba…


Es tarde, y el fresco ya se siente. Ahora verás que me he ido solo por poco tiempo.

Inconstante, inestable, me han llamado.

Es un secreto a voces.


Laura.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Bueno princesa, que es un hecho que los electrónicos al final se nos revelan. Sí, he tratado de cumplir, pero ya ves que sigo igual de demente como cuando más, el último mensaje debo reconocer que emanaba ira de cada grafo, o será mejor decir de cada pixel? No te miento, he querido, deseado como loca, pero te vi sonreír y da fuerza a mi promesa, solo no quiero que pienses que te olvido, yo no. La ausencia de pecado es un pecado en si mismo, tomando en cuenta la algarabía con la que lo cometes, sueño aún con ello. El eslabón es lo de menos, llevas esa rosa en el corazón, en la mente y en cada centímetro de piel que acaricié, que besé, que hice mía, porque aún lo eres y siempre será así. Entérate princesa tu inconstancia y tu inestabilidad te hacen encantadora.
Laura

Entradas populares de este blog

Mazamitla.

A los quince días.