y entonces sutilmente me dijo al oido que no era lo que esperaba, que no era para mi, que solo me dejara besar por esa noche, que no me haría daño... Un pequeño soplo de aire fresco que me tumba, un pequeño presentimiento que crece constantemente, las manos heladas y se lo que viene después. Una fotografía resplandeciente del pasado, un diario vacío con el sonido de los violines y el baile en la victoria... una mirada vacía de lo mucho que es la lejanía en las sombras y los solsticios como cada septiembre... el beso de la eternidad de los cabellos dorados, el beso de los ojos miel, el beso que nunca fué dado.. el beso robado... Letras y letras en los acordiones guardados... el grafito añejo casi invisible por los años... las sirenas alumbrando la calle irrumpiendo en mis oidos... las noches de llanto insonoro a mi lado... inmovilizante... gelido... herido. Manos manchadas de tinta.. postradas torpemente sobre las blancas y las negras... dedos fragiles de papel cereza... plumas concorde
Sólo ríe... no importa que sea alto o bajo, pero ríe.