Solíamos leernos. Un abrazo casi al medio día. Un te amo que no acaba. No se desprende. Amor perenne. Amor, sin penas que yo te canto. Amor que perdona la osadía. Amor transcrito que se transcurre. Se sostiene del tiempo para esgrimir el olvido. Se contrae aquí dentro. Si la hubiesen visto como yo la ví... La he sentido tanto. La alternancia de latidos. Preciso encontrarte sin perecer. Acertar tus enigmas... Crecer e inundarte. Vaciar cada noche y comenzar al despertar. Miró aquella mañana a las aves planear, Y en un abrazo le regalé la mejor de las sonrisas. Libre, como las Ardeidas cariño.
Sólo ríe... no importa que sea alto o bajo, pero ríe.