dra en proceso...

He visto tu retrato en el monitor,  te he sonreido y me he perdido en tu mirada.  *** Como me encantaban tus labios tintos,  los color vino eran mis favoritos. *** Justo cuando abro otra puerta recuerdo que no le he puesto cerrojo a la tuya.  Basta una vez más! ¿Qué me estoy haciendo? Basta! Asentir y no consentir con la cabeza giros y giros precipitados, no quiero ver más. basta. Basta por favor que soy cobarde me enrudezco en los instantes y de pronto... ya estoy en lágrimas. Basta, estoy hasta el hartazgo pero no es suficiente. Sí! aprovechada!, si...Te quiero... irreverente... pero ya basta. Me he terminado los Kleenex y he subido suficientes kilos. Por favor ya basta. Déjame entonces, sé que me piensas porque te siento. O quizá sea solo parte de la locura y lo que deja conversar con tu ausencia. Quiero dejar de buscarte en cada coche color plata, quiero dejar de ver tu nombre en cada formulario nuevo, quiero dejar de ver tu silueta en la

Justo recordaba aquella escena en donde te quedaste perpleja en la esquina de la sexta. Hacía ya tiempo de no vernos y entonces pasó, la ocasión, el momento, la corta distancia. Tu ausencia, la mía. Se hacía tarde y estaba por llover... no traías sombrilla.                                                                            *** Todas las tardes transito por la sexta avenida, doy vuelta a la derecha en el semáforo no importa que esté en ámbar. He ido despierta, medio dormida, cantando, sonriendo, absorta, feliz, de mil colores... hacía ya tiempo que no te pensaba ahí... en -la sexta- le dices tu.                                                                            *** Sé de ti lo que ocupa mi pensar, como ahora pienso que quizá duermas. Entonces te figuro dormida y sin tapar, abrazada a una almohada con el ceño fruncido... cansada. Sé de tí cuando te pienso, tan jodidamente perfecta tu sonrisa fingida, el gesto malgastado de amabilidad, tu rabia, tu llanto,