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Mostrando entradas de abril, 2018

Hoy no hay lluvia.

Hay lágrimas que dejan cicatrices y otras que las contornean. Yo creo que las mías son cómo transeúntes. Salen de los lechos sin saber qué hacer, se sienten perdidas de tanto.  Pero hoy porqué?, Otra vez porqué? Mis lágrimas son muy mías y se salen sin permiso. Corren y corren hacia tus labios como aquellas tardes de poesía. O las noches. Hoy me han querido alcanzar. Bien así, he dejado que sigan. Sentí que debían seguir y no caminar hoy por mis rumbos. Pues después habría preguntas que no podría responder. Insistes y no he dormido. Te invito a la lluvia y no habrá en tu pueblo me has dicho. Vaya Fulana de Mileto. Como Tales.

Mazamitla.

Quise saber de Mazamitla en el buscador.  Me encontré contigo. Me he liado tanto que al final le di click para averiguar.  Ahí estábamos. Buscando una casa en un pueblo lejano.  Allá por abril. Por abril del diecisiete.  Ya te vengo pensando otra vez. Ya te vengo pensando y creo que te irás. Tengo tanto miedo de volverte a ver.

El 7 de abril.

No olvides. No te atrevas a olvidar este día soleado con calles urbanas como brechas y mojadas.  No lo olvides que fue cuando lloraste por última vez, te había dicho que se iba y no fuiste por ella.  Decidiste quedarte a vivir los 25 mientras pasaban aquí.  Después pensarías un plan en donde justo al día siguiente de los 25 aparecerías en su puerta.  Jamás olvides este día.  Donde sabes cuando la amas y por eso debes dejarla partir. Para que vaya y viva. Y si se encuentra a alguien más entonces que pueda ser feliz. Con raíces pero libre así como tanto la quisiste.  Deja entonces que se vaya, deja de sustraerla de sus sueños cada noche, deja entonces que camine, de la mano de las chiquillas o quizá de alguien más. Pero deja que camine y camina tú en paralelo. Por lo pronto, o mejor como un día lo dijo, mejor hacia el otro lado. Pues la tierra es redonda y entonces así podrían.... Jamás olvides que le has prometido una florería. Una florería para que tú le enseñes de flores, cada una y c

En memoria.

Quiero guardar esto aquí para nunca olvidarlo. Con motivo de mi detención injusta en el estado de Oaxaca , me permití escribir la siguiente reflexión; espero que me ayuden a compartirla para crear consciencia de la grave situación que vivimos los médicos de nuestro país .. espero poder escribirla sin problemas en este infierno que es la cárcel.... Gracias a todos por su apoyo y comprensión .... El mejor Doctor del mundo. Yo nací para ayudar. Para salvar vidas. Cuando tenía 18 años abandoné mi hogar para siempre, no sabía que no volvería a aquella cama jamás, no escucharía de nuevo al cenzontle posado en el árbol de guanábana y dejaría atrás todo mi pasado. Mis padres hicieron el esfuerzo de mandarme a vivir a la capital. En ese lugar nuevo, la transición de la adolescencia a la adultez fue abrupta, yo no sabía ni cruzar la calle en un periférico y los lugares ya no estaban al alcance de la rodada de la bicicleta que me había transportado a todos lados en aquel pueblo que dejé. Todo me

Ya no puedo...

Pero qué bonito te he escrito, qué bonito y tan sincero. De verdad que extraño hacerlo así. Sentir el suspiro venir y sonreír. Pero qué bonito te he visto, qué bonito y tan fugaz. Se dice que más de un lustro pa' olvidar, tú qué crees? Te acuerdas de las palabras esdrújulas? Esas que todas se acentuan. Hoy estaba leyendo tus textos. No me has dejado dormir. Después supe porqué.

Entrada de seis.

Sopeso los pasos que hoy en día he dado, fíjate que me dieron muchas ganas de contarte. Te lo escribo mejor, hoy dije tu nombre varias veces, a ver si como el de rayas te me aparecías. Camino a casa he vuelto a llorar sonriendo con la canción de las lunas de octubre. Adoro ese álbum. Adoro el sonido de las teclas de la computadora, cuando pienso y después tecleo. Una entrada de seis para aprovechar el día al máximo dicen, faltan tres minutos para que se acabe mi doble turno, preciso salir. Estoy bien, me siento tranquila, estoy aprendiendo a amar mis cargas. Esos días cargados de los que tanto te contaba. Tengo pendiente contarte de la casa que encontré. Está en el centro del Puerto, por una calle colonial. Tiene paredes verdes y sillones rojos. Encontré un lugar favorito para reposar, tiene entradas y recovecos, como los que uso al hablar y nos perdemos. Se me ha antojado ir a Mérida. Debo irme.